sábado, julio 07, 2007

PUPILAS DILATADAS COMO GOTAS DE AGUA FRÍA

En la casa se escuchaba como afuera empezaba a llover y luego a granizar.

A ella no le importaban el frío, los comentarios hirientes y las múltiples reclamaciones disfrazadas de palabritas tontas que iban hacia ella.

El jardín empezaba a verse pelón por las canicas de hielo que caían del cielo..

A él no le importaba lo que ella pensará de él, "total, si no le estoy aventando piedras como los demás, puede pensar que hay algo"

Se escuchaba cómo en la calle ya no transitaban autos y los que pasaban arrastraban el agua y las canicas de hielo que seguían cayendo.

Si el ambiente hubiera estado un grado más tenso, ella se pararía de la habitación cubierta de humo y olor a alcohol.

Las canicas de hielo habían cesado y ahora sólo quedaban unas pocas gotas frías y el característico olor a tierra y pavimento mojado que a todos embelesa.

Listo, ese comentario rompió la cortina de tensión. Hay que salir.
Ella se pararía de la habitación, no avisaría y desaparecería.
Él la seguiría al salir de la habitación.

Afuera, las hojas de los árboles eran una enorme alfombra que cubría el pavimento, el viento frió una cortina invisible que erizaba los vellos, las pocas gotas de agua que seguían cayendo un móvil natural e instantáneo.

Ella. . .solo ella, que pensaba que la luna estaba estúpidamente hermosa esa noche y que seguro alguien más estaría disfrutando en compañía de alguien aquello que ella no podía disfrutar por más esfuerzo que hiciera, caminaba por la alfombra con los dedos entrelazados y la cabeza inclinada evitando las gotas frías.

Él caminaba detrás de ella esperando el momento oportuno para acercarse decir HOLA y caminar juntos, tal vez, entrelazando los dedos de la mano de ella y la mano de él.

(Recordaba la sensación de su piel al momento de ese primer apretón de manos, la vibración de su energía y esa mirada de pupilas dilatadas como gotas de agua fría)

("Y qué si este es un fracaso más" Ya no importa)

Al salir del recuerdo ya la había perdido, era como si hubiera pasado días caminando, no reconocía la calle, pero al subir la mirada y ver la luna estúpidamente hermosa tenía la certeza de estar en el mismo momento, mismo tiempo y que sólo había existido la jugada de su cerebro que lo había transportado al mundo del confort interno.

Y por detrás de su oreja, la voz de las pupilas dilatadas como gotas de agua fría: HOLA

2 comentarios:

Rafa dijo...

exelentes letras, como ya es costumbre, soy fan.

supero besote con mucho cariño.

ceguera marchando dijo...

¡Ouch!

Besos doloridos...