La cáscara estaba sucia y muy dura.
El gajo seco e insípido.
La cerveza caliente y sin espuma.
La mesa hecha mierda y la silla desnivelada.
En el teléfono habitaba una voz dulce que decía cosas ciertas y desagradables.
Esa vida inciertay desagradable que empezaba a vivir.
- Tengo hambre.
Los ronquidos del otro cuarto no cesaban, de hecho, pensaba que eran cada vez más fuertes.
- Carajo.
El tono del teléfono descolgado dejó de sonar.
Los pasos de las putas con tacones y sus acompañantes sonaban con más frecuencia.
El agujero de bala no llegaba al exterior´. Sólo es el hogar de hormigas hambrientas que tal vez esta noche sean la cena de la araña que las vigila desde hace tres días.
- ¿También me vigilará?
Chingao, piensa en otra cosa.
una bocina del estereo no funciona y laotra se escucha como si la hubieran lanzado contra la pared.
- Tarada.
F.B.
-Largo de aquí - mientras toma una bocnina del estereo y la avienta hacia la sombra de la pared.
-Pinche sitio insalubre !! - mientras toma la otra bocina, ya sin fuerza, dejándola caer a pocos centímetros de sus pies.
-¿y si duermo? ...y sí...
Se desploma, se queda dormida.
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Los gritos serán para mi. Los ojos secos siempre serán los míos.
Las manos quieren tocarse. La mirada tranquila.
Eterna pesadumbre.
2 comentarios:
Me suena a insomnio, pero quizás es algo más fuerte.
Que historias de madrugada.
insalubre como mi hogar D:
jajaja solo le faltan los paso de putas y olor mas feo...
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