sábado, abril 15, 2006

Un leve quemón

1:00 p.m. en punto. Mi amiga y yo pensamos que llegamos tarde, una hora exactamente, pero la sorpresa es que todo el teatrito se retraso una hora (la de nosotras, mmm: odio llegar temprano a un evento el cual no me anima del todo, sólo dos razones me llevaron al lugar: tequila gratis y un HOMBRE en toda la extensión de la palabra, quien lo conoce me dirá que tengo la razón...uy hasta escalofríos me dio). Bueno, a esperar a que los meseros pusieran el buffet. Saludos y más saludos. Pensé que era la única "noña" que iba a reuniones de maestros de la universidad (hasta mi amiga, la única...así es leíste bien infeliz, me lo dijo) pero afortunadamente apareció una compañerita muy bien ataviada, como es ella, presenté a mi amiga y las conversaciones de siempre. Entre la conversación desgastada y sin sentido por algunos momentos, los meseros se ponían las pilas y terminaban de poner las viandas citadinas, claro que lo primero que estuvo disponible fue el tequila. Bien, hasta que la tarde empezaba a tener buenas intenciones conmigo.

Poco a poco la gente aumentaba junto a mi temor a las masas, pero no importaba, tenía alcohol. Tardamos en sentarnos en alguna mesa por que (de por sí) me sentía en una fiesta de boda o quince años. Cuando al fin accedí a la mesa los meseros anunciaban que la comida estaba lista, Mi amiga se paró para comer yo para tomar. El HOMBRE sólo tomaba y tomaba y tomaba caballitos de tequila (tomando es lo más sexy). Yo solo comí pepinos con limón. En seguida (como en cualquier fiesta de salón y semiformal) la partida de pastel (en realidad era un ego , perdón, fiesta de cumpleaños), la verdad a esas alturas el azúcar no era bienvenida. Llegaron más compañeritos. El HOMBRE tomaba y seguía tomando caballitos de tequila. Resolvimos irnos de la fiesta para ir a tomarnos unas chelas. Nos despedimos de la comitiva (esas manos y esos labios nunca habían llegado tan lejos, escalofrío de nuevo, uy) Llamada a una chica más y dos en cada coche (6 y 3)marchamos a Coyoacán (yupi, es sarcasmo ah )Para no hacerla más larga fuimos a un lugar ya visitado pero remodelado. Afortunada (ahora que lo pienso o desafortunadamente)encontramos lugar, carta y oh sorpresa cerveza XX AMBAR que rico, yo con ganas de chela y me encuentro con esa, que recuerdo, (infeliz dónde estás, seguro no has pisado Ags. tu tierra), pues la sensación de la noche hasta que al irnos a una de nosotras se le olvida su cámara de quince mil pesos, pues ahí nos tienen buscando, preguntando, yendo a la administración pinche que no nos ayudó, hasta que la encontraron y fuimos felices por unos segundos hasta que se prosiguió a llamar a una patrulla para que se llevaran a los hijos de su madre que la tenían que por cierto eran yupis y menores de edad (si hubiéramos querido nos chingábamos al lugar). El viaje en patrulla estuvo apretado pero divertido. “Por lo menos les dimos su pase0" vociferaba la atolondrada. Parada: procu de Coyoacán ¿Y los coches? Pues van tres por ellos, que caos manejar en Coyoacán y División del Norte. (Lo logré!). Nos enterábamos de la minoría de edad de los pinches yupis y dale para la doctores (¿se imaginan? Y sin cigarros y alcohol o una pinche aspirina para la del dolor de cabeza).” Por lo menos le dimos su paseada”,” Ven, si hubiéramos ido por los pulques a Tres Marías esto no hubiera pasado”.” La culpa la tienen ellas dos”, ni hablar, lo que dice unos en esas condiciones. La jodona del dolor de cabeza tenía que irse: parada en el metro Niños Héroes. Mientras tres, las directamente involucradas: la dueña y las que la encontraron, se quedaban en el lugar este para menores infractores a que procediera la ley correctamente, dos más a casa a dormir. En realidad era muy temprano, pero con el numerito que hacíamos.

MORALEJA (S): Nunca sueltes tu cámara (chingao)!!!!.

Carga aspirinas, por piedad al prójimo.

No olvides tu botellita de agua, o anforita.

No hay comentarios.: